Mariano Fortuny y Marsal. Maestro grabador

Mariano Fortuny y Marsal. Maestro grabador

Iniciar la programación del 40 Aniversario de 6A TALLER I GALERIA D’ART con la figura del gran maestro del S.XIX, Mariano Fortuny i Marsal (Reus, Tarragona, 1838 – Roma, 1874), como protagonista, es un gran honor, que permite poner en valor el arte y la técnica, al más alto nivel. La magnífica muestra, aunque pueda parecer una rareza, en la línea expositiva de un simple espacio de arte contemporáneo privado, toma otra dimensión cuando eliminamos de la ecuación la palabra “simple”, para entender que es la casa madre de las técnicas de estampación tradicionales en Mallorca, la que celebra 40 años de historia, y que por este motivo acoge tan magnífica muestra.

Mariano Fortuny i Marsal: Maestro grabador ha sido posible gracias a la generosidad del Sr. Enric Juncosa Darder, propietario de la que se puede considerar una de las mejores, si no la más importante y más completa colección privada de grabados y otras curiosidades, como dibujos preparatorios extraordinarios. Ciertamente estamos hablando de un corpus de estampas y dibujos, propio de la custodia de un Museo (algunas de las piezas son únicas en el Mundo), y es de agradecer que se encuentre en las mejores manos privadas, las de un amante del arte y de la técnica de estampación tradicional, además de ser un gran profesional de la restauración de arte, y muy especialmente de la obra en papel. El significado más romántico de la palabra colección toma sentido cuando hablamos del Sr. Juncosa, y de la incansable búsqueda que, con gran esfuerzo, lo ha llevado a custodiar este extraordinario conjunto, y lo más importante, la conciencia de querer compartirlo.

Mariano Fortuny y Marsal es uno de los creadores más reconocidos de su tiempo, convertido hoy en figura indispensable en la Historia del Arte. No en vano algunas de sus obras son piezas clave en la historia, y forman parte del fondo de algunos de los mejores museos del Mundo. La importancia de la obra de Fortuny recae en el valor historiográfico, técnico y estético. El creador catalán se formó en la tradición artesana y desde muy joven destacó por su virtuosismo técnico. Su formación en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona le permitió encontrarse con algunos maestros destacados -como Milá i Fontanals, Lorenzale o Rigalt- que dejaron un poso notable en la obra del artista y en su tanteo inicial con la pintura romántica. Buena prueba es que su trabajo fue valorado muy pronto, y fue beneficiario de una beca de ampliación de estudios en Roma, teniendo la oportunidad de estudiar en la academia Chigi y participar en las tertulias organizadas en el Caffe Greco. En Roma conoce a Attilio Simonetti, quien se convirtió en su discípulo y gran amigo, figura importante en la vida creativa de Fortuny.

Uno de los giros más destacados en su trayectoria fue cuando Diputación de Barcelona, con el inicio de la Primera Guerra de Marruecos, le encargó viajar al lugar como cronista gráfico. La luz del exótico país, despertó un nuevo cromatismo, sintiéndose atraído por la cultura que explorará, gracias a incipientes nociones de árabe, influyendo claramente en su obra. Gracias a la inspiración que le provoca el lugar, ya instalado nuevamente en  Barcelona, solicitó regresar en 1862 para seguir investigando sobre el efecto de la luz del Norte de África en su percepción y en consecuencia en su obra,  haciendo una clara inmersión en el estilo Orientalista.

Su inquietud le hizo aprovechar la oportunidad de visitar los museos más importantes de Europa, despertando su interés por la obra de Vernet, Fromentin, Decamps y muy especialmente por Delacroix, Velázquez o Goya, entre otros muchos. Claramente dos de sus principales precedentes y referentes son Goya y Rembrandt. Del pintor español se pueden destilar referencias por el tratamiento de la luz, la composición del espacio en blanco y la textura del bruñido -unas características de las que encontramos grandes ejemplos en la muestra que nos ocupa. Por otra parte, del artista neerlandés quizás debemos destacar la insistencia en trabajar varias veces una misma plancha, dilatándose de esta manera el proceso creativo destinado a un mismo tema.

La técnica del grabado calcográfico es esencial para entender la evolución de la obra de Fortuny. En los diferentes procesos que se pueden llevar a cabo en la técnica se centra en el grabado de incisión indirecta, teniendo como técnicas principales aquellas que permiten obtener tanto libertad de trazo como un acabado pictórico: el aguafuerte y la aguatinta. Tan solo en algunos casos concretos -como la Tiradora de cartas o Idilio, presentes en la actual muestra- encontramos la incisión directa por la técnica punta seca.

Al hablar de Mariano Fortuny y Marsal como Maestro grabador no es por decir. Se ocupaba de todo el proceso, grababa él mismo las planchas y realizaba él mismo las pruebas de estado, creando obras de un intimismo muy original. Podemos hacernos a la idea de la libertad de la que Fortuny disponía, al pensar que no solo utilizaba las planchas para pruebas y bocetos, si no que también las utilizaba como imagen definitiva, tratando la plancha como si de papel se tratara, tomando notas del natural directamente. De estos procesos fueron testigos directos Davillier o Simonetti, dos de las principales fuentes a las que los historiadores han recurrido para definir el proceso creativo del gran artista.

Otra aportación de Fortuny que podemos apreciar gracias a algunas de las obras que se incluyen en la muestra, es el Non finito, una sensación de inacabado en algunos motivos, que en cambio se configuran de manera muy harmónica en la presentación de los temas que trata. Cabe señalar que sus grabados coinciden en el contexto del resurgir de la técnica del  aguafuerte, que se produce a partir de la segunda mitad de S.XIX, especialmente en Paris, la capital artística que dictaba la tendencia en la escena del arte.

Hacia 1869 Fortuny experimenta una crisis provocada por el éxito de su obra que le encumbró al más alto nivel de consagración internacional, acompañado por el marchante Adolphe Goupil. La convivencia con el éxito lo llevó a un estado depresivo por la gran demanda de un tipo de obras que no le permiten el proceso creativo en plena libertad. Este hecho le llevo a querer acabar con su relación profesional con Goupil. Poco después un aún joven Fortuny, murió en Roma en 1874, a los 36 años.

A pesar de su pronta desaparición, su obra dejó una huella profunda en la historia del arte, convirtiéndose en una clara influencia en generaciones posteriores de artistas europeos. La fascinación por Fortuny era tal que en 1875, sucedió un hecho del todo extraordinario para la época. Se publicó el libro Atelier de Fortuny, con el inventario de sus bienes (obras y otros objetos que se encontraron en su estudio al fallecer) que salieron a subasta pública. Este hecho excepcional para la memoria de un artista de su tiempo, explica la transcendencia de un Fortuny, consagrado, ya en vida, y que se mantiene viva a día de hoy.

Mariano Fortuny y Marsal: maestro grabador otorga al Aniversario de 6A TALLER I GALERIA D’ART la solemnidad que requieren cuatro décadas dedicadas, incansablemente, a la técnica, al arte, a la historia y a la cultura, sin duda alguna.

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Exposiciones